martes, 23 de febrero de 2016

Satanás, el intolerante

De mi bolita de amigos, quiero platicarles de Santiago, a quien antes le decíamos Santi, pero desde que viste de negro y es amante del heavy metal, comenzamos a decirle Satanás.
Es el típico contacto que se la pasa criticando a "Chulión Álvarez" en Facebook. Siempre dice que la banda y el reggaeton no son música. Por eso considero que es un intolerante.
Al principio, en las fiestas era un problema porque, en nuestro grupo social, existía la regla que dictaba que cada uno elegiría una canción por turnos, para darle gusto a todos los invitados. Sin embargo, Santiago siempre pedía música de grupos muy raros como "Motorjed", "Yudas Pris" y "Airon Meiden", pero como a los demás no nos gusta, alguien siempre tomaba la iniciativa de quitar sus canciones para poner algo que se pudiera bailar, porque ¿para eso son las fiestas, no?. Por eso, poco a poco dejó de participar en nuestra dinámica de peticiones, lo cual está mejor.
Además, es un amargado que no quiere bailar, a pesar de que le rogamos para que haga pareja con alguna de nosotras. Dice que no le gusta. Es un raro. Pero a pesar de todo, sigue viniendo a nuestras reuniones para quedarse sentado, con la única compañía de sus bebidas embriagantes.
En cambio, sus fiestas son muy aburridas, ya que el rock es el género predominante y sólo nos pone un ratito de nuestros gustos "para mover el bote". Claro que cuando vuelven a poner metal, nos vamos de uno por uno a algún otro reventón con más ambiente.
Recuerdo una ocasión en la que estábamos afuera de la casa de Satanás, eran como las 3 de la madrugada y estábamos cantando a todo pulmón lo mejor de "La MS", obviamente los vecinos no nos decían nada porque era como llevarles serenata. Pasábamos un rato muy agradable hasta que empezamos a escuchar un sonido horrible, de guitarras chillonas, gritos inentendibles y golpes de batería por ningún lado. Santi había puesto su ruido asqueroso, ¡a las 4 de la mañana! Obviamente despertó a toda la cuadra y, al poco rato, llegó la policía para exigir que le bajara a su escándalo.
Afortunadamente no pasó a mayores pero le dimos un sermón por su acto tan grosero de maltratar nuestros oídos con su porquería a esa hora en la que todo el mundo estaba dormido.
Por último, quiero enviarle un mensaje, en caso de que llegue a leer el relato: Santi, respeta los gustos de cada quien y deja de escribir cosas feas de mi novio Julión.

Con cariño, Ana.

domingo, 21 de febrero de 2016

El asaltante amable

De todos los asaltos (e intentos) de los que he sido víctima, hay uno en particular que quiero compartir con ustedes.
Cierto día, acompañé a Miguel (mi carnal),  alias "El Toro" (por lo que se imaginarán su complexión física) a comprar unos tenis en una tienda de la Avenida Revolución, casi esquina con la Calzada Independencia. Desafortunadamente no encontramos el modelo que estábamos buscando y nos dirigimos al Mercado Libertad (mejor conocido como San Juan de Dios).
Al ir caminando por la calzada, se nos aproxima un joven y me dice:
– Carnal, ¿me prestas 15 "varos" para mi camión?
En ese entonces, el transporte público tenía la tarifa de $5 pesos, por lo que yo contesté:
– Pero no cobra tanto.
– Si, pero miren – respondió – yo podría "tumbarlos" y correr, pero obviamente ustedes son dos y querrán ir detrás de mi, pero como hace calor me voy a cansar muy rápido, por lo que me van a alcanzar y me van a golpear para vengarse y obligarme a que les devuelva sus cosas. Entonces, pista evitarnos todo esto... ¿me dan sus pertenencias, por favor?
Después de su exposición de lógica, nos miramos mi acompañante y yo. No tardamos ni tres segundos en soltar la carcajada.
– Mejor nos ahorramos todo y te vas antes de que nosotros te "tumbemos" a ti – dijo mi amigo.
– Está bien, muchas gracias – contestó el asaltante amable.
Posteriormente se alejó y abordó a una mujer que iba pasando por la calle:
– Amiga, ¿me prestas 15 "varos" para mi camión?

miércoles, 8 de abril de 2015

La historia de Ragnana

Lo desconocido siempre asusta a los seres humanos, por eso no es que no me sorprenden las reacciones tan diversas que provocó la aparición de Ragnana.
Yo lo conocí en su último día de vida, pero se quedó en la mía para siempre. Es difícil olvidar que, gracias a una araña con cabeza humana, la categoría universitaria de los Eagles de Filadelfia ganara el primer y último partido que presencié de ellos. Al tener un cuerpo arácnido era más pequeño que todos los demás jugadores, pues tenía el tamaño de una tarántula y también era más rápido que ellos, por lo que logró anotar en varias ocasiones.
Como en toda historia de seres extraños, su existencia se explicó desde distintas perspectivas. Los científicos dijeron que era una mutación de laboratorio, resultado de los intentos fallidos de traer a la realidad a un Spiderman. Los líderes religiosos de todo el mundo, por fin se pusieron de acuerdo en algo al opinar que era un demonio y que el final estaba cerca. El caso contrario fueron quiénes creían que se trataba de un ser divino y formaron sectas en su nombre.
Como es de esperarse, no faltó quienes buscaron lucrar con el "fenómeno" y fue así como se integró al mundo del fútbol americano universitario, en donde fue recibido como Ronaldinho en el Querétaro.
Esa noche, después del partido, sucedió una tragedia. Los aficionados del equipo contrario estaban tan molestos por la derrota que quemaron las instalaciones en donde se llevó a cabo el encuentro. Yo quedé atrapado entre las llamas y, por un momento, sentí como mi vida se consumía junto con mi cuerpo. Mientras los bomberos hacían su trabajo, Ragnana me rescató.
Recuerdo perfectamente la escena cuando lo vi aparecer entre las llamas, creí que en realidad era un demonio que venía a saldar cuentas conmigo.
— ¿Por qué lo haces? — pregunté.
— Porque quiero ayudar a los humanos — contestó. Entonces comprendí que él tenía más humanidad que muchos de nosotros.
Me desmayé y desperté tres días después en la cama de un hospital. Pregunté por mi salvador, a lo que los médicos respondieron que había muerto después de rescatarme.
Años después, cuando me recuperé, quise investigar el origen de Ragnana y, para mi desfortuna, no encontré gran cosa.
Cuentan que hace algunos ayeres, una pareja de ancianos residentes en Filadelfia, escucharon el llanto de un bebé a las afueras de su casa, por lo que acudieron al llamado de este indefenso ser. Lo criaron como a un hijo, a pesar del rechazo social que sufrieron.
¿Por qué decidieron adoptarlo en lugar de deshacerse de él? No lo sé, la pareja había muerto y nadie se preocupó por preguntarles, o si lo hicieron no quedó registro de la respuesta.
¿Cuál fue su verdadero origen? Nadie lo sabe, sólo son especulaciones. Lo que si sé es que me enseñó una gran lección, para la cual utilizaré una metáfora que no tiene nada que ver con el americano, sino con mi profesión: la música.
Si los seres humanos fuéramos música, podríamos crear grandes obras, sin importar nuestras diferencias, sin importar si somos blancas o negras, redondas o corcheas, sostenidos o bemoles.
Si los seres humanos fuéramos música, nos uniríamos en un pentagrama y gracias a la gran gama de notas que existe podríamos escribir melodías en donde hasta los silencios aportarían a nuestra obra.

domingo, 22 de marzo de 2015

... y sin embargo llegas

... y sin embargo llegas,
llegas de pronto, te apareces sin previo aviso,
sin tomar en cuenta que ya no soy el mismo,
aquel chiquillo ingenuo que te miraba tiernamente.
... y sin embargo, a pesar de conocerme, no sabes quien soy,
y si lo sabes... no sabes lo que siento,
que me cautiva tu sonrisa y tu mirar,
tu voz a la hora de hablar.
... y que lo nuestro no puede ser
por otros motivos, entre ellos la edad,
el qué dirán y... sin embargo llegas,
a instalarte como inquilina
en mi corazón y en mis sueños,
pues solamente ahí tienes hospedaje de por vida...
y he disfrutado con el tormento
de mirarte ayer de nuevo,
oh querida ________ no te has dado cuenta y... sin embargo, así tú... llegas.

domingo, 15 de enero de 2012

Caballerosidad: lo equitativo a la “damallerosidad”

“La igualdad es equidad, que cada cual se desarrolle dentro de su género”
José Manuel Prometa

“La moral es el grillete que nos encadena a la hipocresía”
Jean Rush

En lo personal, considero que la caballerosidad es un fenómeno curioso que merece ser estudiado de una manera formal, pues existen distintas posturas: hay quienes afirman que no hay caballeros actualmente; otros refieren que es una costumbre machista; otros consideran que es parte de la personalidad de un hombre educado; mientras que para muchos otros “así debe de ser porque el hombre es hombre y la mujer es mujer”.
Pues bien, para empezar voy a hablar acerca del origen de la caballerosidad, para pasar posteriormente a algunos aspectos de su evolución y finalizar con mi punto de vista a manera de conclusión y síntesis de las ideas referidas a lo largo del texto.

Origen del concepto caballerosidad
Eugenio Martínez Rodríguez, en su artículo titulado “La caballerosidad en el siglo XXI” publicado en 2005cita a Cristina Llanos, la cual hace un resumen del origen del concepto aquí tratado:
El término caballero se originó hace siglos. La historia nos dice que, en la Europa medieval, el Rey o el señor feudal era escoltado por unos hombres montados a caballo, quienes honraban al gobernante a cambio de dinero o parcelas. O tal vez simplemente porque le debían un favor. El caso es que este “caballero” era, en principio, un hombre de linaje noble, que dadas sus nobles acciones era ascendido a este título. Pasado del siglo XV, esta distinción se empezó a otorgar a civiles como recompensa a sus actos a favor de la comunidad.
…resulta obvio que la misión de los caballeros siempre era la de proteger. Al Rey, al señor feudal, pero sobre todo a los débiles. Aquellos indefensos que podían ser fácilmente presas de bandidos. ¿Y quiénes están asociadas con la debilidad, hoy mañana y siempre? Pues las mujeres.

Debido a esta connotación que puede tener la caballerosidad, es que algunos grupos feministas han acusado a éste término, y al tipo de conductas que lo componen, como una extensión del machismo. Sin embargo, yo pondría en duda esta postura, ya que me parece ambigua y puede percibirse de una manera distinta, es así que puede entenderse también como una postura feminista, ya que el hombre estaría por debajo de la mujer, “como debe de ser”, viéndolo de una manera extremista, aun así no quiero decir que descarto la posibilidad de ser algo machista, simplemente expongo dos puntos de vista distintos y al final quien tiene la palabra eres tú, querido lector.

En la actualidad ¿los caballeros existen?
Hay quienes afirman que, actualmente, no existen los caballeros, esta es otra de las posturas que se tienen acerca de este tema. Esto quizás se deba a que muchos hombres han dejado de lado la caballerosidad, debido a la búsqueda de “igualdad” entre hombres y mujeres, término que considero mal planteado desde un inicio, pues hombres y mujeres no somos iguales, lo cual está fundamentado biológicamente, y con esto no me muestro misógino pues creo que la palabra que más se adecúa a lo que se busca es equidad. Es por eso, que algunos varones, adoptan una actitud indiferente cuando de caballerosidad se trata y una frase típica en ellos es la de “¿quieren igualdad?”, es aquí una muestra de alguien que pudiera percibir la caballerosidad como algo fundado en el feminismo y que por ende no está dispuesto a permitir que eso suceda. Cabe mencionar que sólo es una posibilidad al respecto, no quiero decir que así tenga que ser lo que pasa por sus cabezas.
En contraparte, sigue habiendo hombres caballerosos que ceden el asiento el camión a una mujer, niño o anciano, que le abren la puerta del coche a su pareja, que dejan pasar primero a la persona que los acompaña para después pasar ellos, etc.
Ahora la respuesta a la pregunta de este apartado la tendrán ustedes.

Empíricamente…
Socialmente, un caballero es aquél hombre que cumple con ciertas características, de educación y respeto, en su forma de ser, las cuales me parece oportuno citar textualmente de un artículo de internet titulado “La caballerosidad” cuyo autor es anónimo:
  • Trata con respeto a la mujer, [a los ancianos] y los niños.
  • Les da su lugar a la gente mayor pues sabe que han vivido más que él y por lo tanto tienen mayor sabiduría.
  • Tiene la virtud del dominio de sí mismo y es muy paciente.
  • Saber perdonar los errores de otros.
  • Logra de una manera humilde, ayudar a los demás.
  • Es muy respetuoso de las opiniones ajenas, así que no interrumpe cuando alguien le está hablando.
  • No se burla de la gente, ni la humilla.
Sin embargo, desde mi punto de vista, creo que la caballerosidad no es algo meramente del género masculino, sino que puede darse también en las mujeres, pues conozco a muchas que toman las actitudes antes citadas para con los demás. Si bien es cierto que comenzó como un conjunto de comportamientos propios de los varones, en la actualidad, debido a la equidad que se está logrando, hombres y mujeres pueden adoptar roles y actitudes que antes estaban mal vistos en uno u otro género.
Actualmente, me ha tocado vivir en carne propia, y algunos amigos me han contado experiencias similares, situaciones en donde algunas mujeres dan por sentado que por el hecho de ser mujeres deben pasar primero por la puerta o les debemos ceder el asiento en el camión de manera obligatoria, comportándose, en ocasiones, de manera poco educada con el género masculino.
Personalmente, considero que la caballerosidad (o damallerosidad) es una decisión propia de los individuos, sean hombres o mujeres, por consiguiente, no debe ser algo impuesto socialmente como una regla a cumplir, sino algo que se vive de manera congruente con los valores de cada persona, seamos hombres o mujeres, caballeros o damas.
Por último, quiero destacar la importancia del respeto en las relaciones interpersonales y no pedir lo que no se da a cambio, pues para exigir caballerosidad (o damallerosidad) hay que aprender a ser dama (o caballero).

Bibliografía
“La caballerosidad”. Amor. <http://www.amor.com.mx/la_caballerosidad.htm>. Consultado: 23 dic. 2011.
Martínez Rodríguez, Federico. “La caballerosidad en el siglo XXI”. Tinta digital. 2005. <http://falcon.blogsome.com/la-caballerosidad/>, Consultado: 23 dic. 2011.

viernes, 22 de julio de 2011

La puerta del egoísmo y la envidia

¿Alguna vez te has preguntado que hay tras esa puerta?, es muy subjetivo y para cada quien es algo distinto, hay quienes piensan que hay un jardín hermoso, otros piensan que está el vacío, otros... simplemente... no estamos seguros...
Imagina que atravieso esa puerta y que no vuelves a verme, creo saber cual sería tu respuesta, pero quizás me equivoco ya que los seres humanos somos tan simples y tan complejos....
Si lloras cuando yo abra la puerta, sólo lo harías por egoísmo y envidia, no quieras justificar algún sentimiento positivo. El egoísmo porque quieres que al volverse abrir yo entre contigo y envidia porque tú aún no encuentras la llave que la abrirá, pues me he llevado la única copia existente por el momento.
¿Por qué la abriría si corro el riesgo de no volver? Porque el cerrojo está caliente y no soporto la quemazón en mi mano, necesito aliviar el dolor, ya no basta con gritarle al viento.
Es muy posible que yo jale de esa puerta en cualquier momento, puedo sentirlo... ¿cómo lo sé? simple... ya tengo la mano en el caliente cerrojo y está al rojo vivo...

domingo, 30 de enero de 2011

Conversación I

Está conversación surgió con varias ideas en una charla de café con Nohemi, David y Rodrigo, por lo que algunas no son planteadas por mi, sino que es un crédito colectivo. Esto va dedicado a los tres.


Conversación I
Estaban Ella y él conversando acerca del tiempo…
Ella: Dime, Jean Rush, ¿el tiempo es inherente al espacio?
Jean Rush: No lo sé, puede ser, aunque yo lo veo como un concepto meramente humano.
E: Mmm… entonces… ¿Donde no hay humanidad no hay tiempo y además que este concepto no aplica a los demás seres vivos?
J: No es eso, sólo digo que los seres humanos son los únicos conscientes del tiempo, quizás no me explico, podría decirse que, por poner un ejemplo, en Júpiter si hay tiempo, a pesar de que no hay humanos en dicho planeta, pero no me puedes negar que existe un desgaste de sus componentes materiales, es ahí donde se nota el paso del tiempo. Y en el caso de los seres vivos también hay un desgaste, nacen, crecen y mueren, pero no son conscientes del concepto tiempo, sólo sufren sus consecuencias.
E: Entiendo y es interesante lo que me planteas, pero me surge otra duda con respecto a tu argumento.
J: ¿Cuál es?
E: ¿Antes de la existencia humana no existía el tiempo?
J: No como concepto, sin embargo, existía como “algo” que desgasta lo material, ya que no sólo afecta a lo que está vivo.
E: Interesante, pero… ¿antes de la existencia del universo, suponiendo que existía sólo la nada, había tiempo?
J: No lo había pensado, pero se me ocurre que sí existía, pues antes la nada era el todo, irónico ¿no?, además también hubo un cambio, que fue el pasar de la nada al todo.
E: Si, puede ser, sin embargo surge una cuestión que debemos revisar, ¿la nada deberíamos tomarla, haciendo analogía con los números, como el cero o como los números negativos?
J: Es algo incomprensible para tu limitada comprensión, ya que si lo tomamos como parte de los números negativos, tuvo que haber pasado por el punto cero, que vendría siendo la “inexistencia de”, sin embargo el hecho de ser la nada ya implica inexistencia, aún así, se me ocurre que el punto cero pudo ser el Big Bang, algo parecido al presente, que sólo es el puente entre pasado y futuro. Y, si es tomado como el punto cero, esto supone que debe haber algo “antes de”, que vendría a ser el equivalente a los números negativos.
E: No me subestimes, comprendo muy bien el problema de las trinidades y cuaternidades, sé que es, por decirlo así, un positivo, un negativo (aunque no precisamente negativo, sino otro elemento para complementar una dualidad), un neutral (que también puede ser una integración de ambos) y la integración de estos tres elementos, por ejemplo los números: positivos, negativos, cero (elemento neutral) y la integración sería que pertenecen al concepto de números; y en el caso de que la trinidad sea “integración de” podemos utilizar el ejemplo de dos mas tres, en donde dos es un elemento, tres es otro elemento, el resultado (cinco) viene siendo la integración de estos dos elementos y como cuaternidad sería el concepto de suma. Bueno, creo que es lo mejor que puedo explicarlo, tal vez si tengas razón en que tengo una comprensión limitada.
J: Para tener dicha limitación lo explicas muy bien, aún así es algo más complejo. No te preocupes, no me sorprende que no comprendas, es algo así como la infinitud.
E: ¿Qué tiene que ver la infinitud?, creo que es un concepto que comprendo muy bien.
J: No lo niego, sólo que siempre buscas un “más allá de”, por ejemplo, apuesto a que te has preguntado: ¿Qué hay más allá del universo?
E: Estas en lo cierto, pero ¡vamos!, no puedo comprobar que el universo tiene un fin pero debe tenerlo, y no sólo temporal, sino espacial, porque todo lo que tiene principio tiene un fin.
J: ¿Ves a lo que me refiero?, no concuerdo con ello y como ejemplo te pongo algo con lo que estoy seguro que estás familiarizada, el internet.
E: ¿El internet?
J: Si, tuvo un principio, y ahora te pregunto, tomando en cuenta que no es un universo físico, sino virtual, ¿Consideras que tiene un fin?
E: Debe tenerlo.
J: Entonces… ¿Dices que llegará el día en que su capacidad se vea limitada a tal grado que no se pueda subir ni siquiera una imagen?
E: No estoy segura, quizás dentro de muchos años.
J: Pero por lo pronto es infinito, ¿no es así?, al menos hasta demostrar que no lo es.
E: No lo había pensado de esa manera, quizás tengas razón, pero… ¿y si se llega a extinguir el ser humano, no sería también el fin del internet?
J: No, la información seguirá ahí y quizás la encuentre otro tipo de vida que llegue al planeta Tierra.
E: Claro, es hipotético ya que no se ha comprobado que existe vida en otros planetas, aunque no lo dudo, pero es una cuestión que no nos atañe en esta conversación.
J: Así es, tendríamos que tratar otro concepto complejo, la vida, esto sin ponernos de acuerdo sobre el concepto del tiempo.
E: Y… a manera de conclusión, ¿Qué consideras que es el tiempo y a que es inherente?
J: Es algo complejo que no entenderías pero lo puedo resumir, para tu limitada comprensión,  como el intervalo que existe entre un evento y otro, lo que tu llamarías el puente entre principio y fin, sin embargo es algo infinito, a pesar de la finitud con lo comprendes, ya que es muy limitado pensar en el tiempo como lo que hay entre principio y fin, es algo que va más allá y que vendría siendo inherente a la existencia, aunque está sea negativa, por decirlo de una manera, haciendo alusión a tu analogía numérica.
E: Ya veo, entonces sólo me queda decir que, para mi, un simple mortal, el tiempo es algo limitado, pues mi comprensión y mi vida son limitados.
J: Me da gusto que lo veas de esa manera.
E: Por último me gustaría que me dieras tu concepto de vida.
J: Ya habíamos acordado que eso no nos atañe pero, para no dejarte en blanco, utilizaré una analogía: Se dice que cada cabeza es un mundo, tomando esta premisa, cada familia nuclear sería un sistema solar, cada familia extensa sería una galaxia, cada comunidad sería un universo; claro las cosas no son tan así pero supongamos que sí lo son, y tomando en cuenta que yo conozco varios universos te dejo con la siguiente reflexión: la vida de los seres vivos debe ser menor a la de un mundo, pues su existencia es más corta o, en caso extremo, de igual duración, por lo que cabe decir que la vida es como un juego de cartas, la tuya es un siete de picas, tú decides cambiarla o no, apostarlo todo o retirarte, y por ende, ganarlo todo, perderlo todo ó permanecer extraño al cambio, permanecer con lo que iniciaste, absolutamente nada.